Era un martes normal hasta que apareció tu cara, tus letras, tu dulzura, esa que poco a poco me sedujo y me envolvió en el tierno aroma de lo que eras tú.
Fue tu presencia en mi vida que cambio mis días, esa que borro mi tristeza y me lleno de alegrías; fueron tus palabras que sin ser fuego, prendieron en mi interior mis mejores deseos.
Apareciste tú en mi vida, llegaste para hacerme feliz un instante, para recordar que las mejores cosas de la vida llegan sin esperarlas, llegaste para hacerme sentir, para hacerme vivir, llegaste a colocarme una sonrisa y hacerme latir el corazón más fuerte.
Pero como todo en la vida tiene un final, llegaste para llenarme y luego dejarme vacía.
Fue tu presencia en mi vida que cambio mis días, esa que borro mi tristeza y me lleno de alegrías; fueron tus palabras que sin ser fuego, prendieron en mi interior mis mejores deseos.
Apareciste tú en mi vida, llegaste para hacerme feliz un instante, para recordar que las mejores cosas de la vida llegan sin esperarlas, llegaste para hacerme sentir, para hacerme vivir, llegaste a colocarme una sonrisa y hacerme latir el corazón más fuerte.
Pero como todo en la vida tiene un final, llegaste para llenarme y luego dejarme vacía.
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