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Mostrando las entradas de noviembre, 2016

Siempre te espera una taza de café...

Si me llamas a las 4 am, demasiado triste como para siquiera decir hola, voy a escuchar tu silencio hasta que te duermas.  Si necesitas llorar, llora, porque somos solamente humanos, y a veces las lágrimas son lo más cercano a la risa que podemos llegar a conseguir y eso está bien.  Si te da sueño te dejaré babear sobre mi brazo, y no me voy a reír de ti si roncas demasiado fuerte.  Y si necesitas gritar muy fuerte hasta que se te quiebre la voz y las rodillas fallen, voy a abrazarte y a gritar contigo.  Si te sientes enojado y golpeas, hasta que tus manos sangren y se pongan de color rojo, voy a aplicar hielo en tus nudillos y decirte que las heridas cicatrizarán tanto dentro como fuera, y al igual que el frío, tú eres fuerte y ardiente, y yo siempre seré el calor para aliviarte y hacerte sentir mejor.

Nuestro amor por encima del mundo...

Se bien que tú prefieres que nos amemos  en voz alta, dandole la cara al mundo. Sé que quieres un amor que retumbe por las esquinas y haga vibrar las paredes, y que todo el que nos mire nos envidie. Pero... En cambio, yo prefiero amarte a oscuras en la tierna intimidad de un beso y la complicidad de una caricia para fundirnos con el calor de un abrazo. Prefiero volvernos uno. Yo quiero un amor cómplice de esos que ya no hay, capaz de hablar con las manos y dedicarnos futuros irreales —que suelen ser los perfectos— en cada mirada. Anhelo con toda mi alma un amor inmenso, pero que sea apenas para dos, no un show barato circense para espectadores a quienes el morbo los mueve y son incapaces de entender algo simple… Me niego a admitir que solo somos una pareja más, algo común de amor, de desamor, de encuentros, de desencuentros y besos que mueren en despedidas,de promesas rotas y reclamos faltos de fundamentos. Pongamos lo mágico por encima de lo típico, es decir, pongamos nu