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Mostrando las entradas de mayo, 2013

—Frida Kahlo.

Nadie sabrá jamás cómo quiero a Diego. No quiero que nada lo hiera, que nada lo moleste y le quite energía que él necesita para vivir, vivir como a él le dé la gana, Pintar, ver amar, comer, dormir, sentirse solo, sentirse acompañado; pero nunca quisiera que estuviera triste. Si yo tuviera salud quisiera dársela toda, si yo tuviera juventud toda la podría tomar, No soy solamente la madre, soy el embrión. el germen, la primera célula que- en potencia- lo engendró. Soy él desde las más primitivas y más antiguas células, que con el tiempo se volvieron él. Cada momento él es mi niño, mi niño nacido, cada ratito, diario, de mí misma. Afortunadamente las palabras se fueron haciendo. ¿Quién les dio verdad absoluta? Nada hay absoluto, Todo se cambia, todo se mueve, todo revoluciona, todo vuela y se va… Diego-principio Diego-constructor Diego- mi niño Diego-pintor Diego-mi amante Diego-mi esposo Diego-mi amigo Diego- mi madre Diego-mi padre Diego-mi hijo Diego-yo Diego- universo.

Te elegiría una y mil veces..

Nuestra despedida fue demasiado rápida, ni siquiera pude pensar en  cuánto  te iba a extrañar. O quizás nuestra despedida fue tenerte entre mis brazos, presionando tu cuerpo contra el mío. Quizás fue tu respiración agitada y saber que nos pertenecíamos, y no sólo en ese momento. Te vi marchar y ya no supe que pensar. Cerré los ojos, los abrí y ya no estabas, ya no estaban ni tu mirada ni tus besos.  Conforme avanzabas el camino, una maravillosa gama de colores cálidos se cruzaba ante mis ojos.  Entonces no entendí, porque dos emociones se habían cruzado dentro de mí.  Aquella melancolía de alejarte cada vez más de mí y aquella tranquilidad que me provocaba el atardecer.  Mis ojos se llenaron de lágrimas mientras sonreía, duré en ese trance unos minutos hasta que me caché llorando. Fue esa la primera vez que lloré por ti. Una lágrima mojó mi mejilla con el dulce roce de nuestro “adiós”.  No era difícil de entender porque aquellas lágrimas brotaban de mis ojos, no dejab

Tu nombre

Puedo deletrear tu nombre, presta mucha atención, porque puedo pronunciar cada letra y solo con eso, con cada pausa describir quién eres.  Puedo hacerlo porque te conozco, no tuve que llamarte por tu nombre en todas esas ocasiones que me confiaste tus secretos, cuando lloraste en mi hombro tantos rechazos, tantos errores; cientos de fracasos.  No recordé tu nombre cuando me hiciste levantar la cabeza, erguir la espalda y seguir adelante, tampoco dije tu nombre cuando me traicionaste.  Pero ya no sé quién eres y eso no necesita un título, solo necesita una tan sola mentira .

Recuerdos en soledad

Llegó de puntitas, se acomodó la falda y se sentó a mi lado, mientras miraba la ciudad a través de la ventana sonrió y comenzó a contarme de ti, de tus besos a veces suaves y otras violentos, de tus manos y tus risas. Me contó de aquella vez que iban caminando de la mano y te acercaste despacio a ella para decirle "Te quiero", me dijo también que una parte chiquita de ella tenía miedo, pero otra saltaba de alegría por tu detalle. Me contó de la primera pelea que tuvieron y como lloró toda la noche, de la primera vez que… bueno, me contó que también no era tu primera vez. Me contó de cómo vivieron tanto y se hicieron viejos antes de tiempo, se desgastaron…  Y así, mirando hacia la ventana rodó una brillante gota por su cara que casi la rompió en dos.  ¡PARA!.... Le dije, ya no me hables de él,  ¿Qué no ves que te hace mucho daño recordarlo, soledad?