Hace mucho te escribí una carta que nunca recibiste, comencé por describir a la persona que aún no eras en mi vida.
Cada sonrisa tuya está puesta en petición al igual que tu mirada transparente e infantil, tus miedos, tus logros.
Todo está escrito en esa pequeña página de mi diario, en el que hace años escribía de ti, pero sin conocerte....
En esa lista solicito tus brazos llenos de hogar, tus labios y tus palabras, tus tonterías y las mías, toda la fuerza que me has dado y la seguridad que siento al tenerte a mi lado. Tu felicidad es la parte que más me gustaba detallar, la manera en que vives como si todo fuera bueno, la forma en que nunca dudas de mí y que me quieres incluso más de lo que yo me quiero...
No necesité mucho para saber que no eres ese, que describía en la lista, tus alergias, tu acento y tu cara, no son los que aparecen en mi descripción y solo una solución he encontrado a tal conflicto… yo jamás hubiera podido imaginar tanta perfección.
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