Mi mamá dice que soy terca y escandalosa, siempre he sido así, de esas que se quedaban sólitas contemplando las flores o comiendo manzanas sin lavar.
Siendo feliz mientras la luz del sol se colaba entre las rendijas de mis dedos, mirando al cielo siempre.
Enseñando los calzones sin querer, olvidando que las niñas se deben sentar bien.
Sin pinta clara para ser escritora, de sueños extraños y susurros de la nada.
Acariciando las paredes, jugando con una ramita de árbol, trayendo a mi, recuerdos de lugares que no conocía, inventando un lenguaje que me ayudara a expresarme mejor.
Siendo feliz mientras la luz del sol se colaba entre las rendijas de mis dedos, mirando al cielo siempre.
Y entonces vuelvo al principio, desenredo la cosas en mi mente y me encuentro, sentada como siempre, jugando con mis pies, inhalo hondo tres veces y vuelvo a ser feliz.
Lluvia fresca en mis manos, hierba verde en mis pies, juntando las pieza de mi rompecabezas, acomodando mis entrañas para volver a correr