Sabes... Me haces feliz.
De una manera muy extraña, pero lo haces.
Porque no sé sacarte de mi cabeza ni zafarme de tu recuerdo y de tu sonrisa.
No quiero alejarme de tu sombra por las noches, ni de ese peculiar color que agarran tus ojos cuando ves el atardecer.
Quiero tomar esos cafés a tu lado y discutir sobre razones e incoherencias. Me gusta mi vida en la tuya.
Me gusta que contigo no tengo que expresar precisamente lo que siento y amo cuando te demuestro lo que siento en los momentos más inesperados para ti.
Porque para mi nada se disfruta en esta vida más que el sonido de tu risa y el brillo de tus ojos cuando te digo que por ti daría mi vida día a día .
Porque reconozco tus pasos al acercarte a mí.
Sé que a veces no cierras los ojos al besarme, por eso me gusta abrirlos de repente y toparme con tus pupilas que van acompañadas de tu sonrisa, porque sabes que has sido descubierto.
Me gustaría ser fiel testigo de tu desnudez a cualquier hora del día y la manera en la que tu voz cambia cuando quieres pedirme un favor.
Me he enamorado de ti, de esas pequeñas cosas que me unen a ti y que no todas las entiendo.
Me he enamorado de cada parte de tu cuerpo y de tu alma, de cada rincón que habitan tus pensamientos y emociones, aunque a veces ni tu mismo sepas que quieres
Me he enamorado de cada parte de tu cuerpo y de tu alma, de cada rincón que habitan tus pensamientos y emociones, aunque a veces ni tu mismo sepas que quieres
Me he enamorado de la manera en la que me abrazas y luego me empujas por que según tu quieres protegerme y de tu manera tan desesperada de querer ver caricaturas a todas horas.
Me enamoré de lo que fuiste ayer, lo que eres hoy y lo que serás mañana.