No es el tiempo quien mide los afectos,
sino la intensidad de lo vivido.
Hay quien nos deja huella para siempre,
una huella profunda,
de tierra y osamenta,
de piedra bien labrada.
Y hay quien no deja nada
a pesar de los años,
una huella indeleble
de agua y de hojas secas.
Hay quien nunca se marcha,
habita en la memoria
y ocupa los silencios.
Y hay quien jamás estuvo,
ni siquiera en el tiempo de la lluvia.
Amar, haber amado…
Ese es todo el misterio.
Y no se mide en tiempos…
definitivamente
es cosa de saber
quién teje los recuerdos de una vida.
Hay quien siempre estará
y quien no estará nunca.
Así que no me digas
que de eso ya hace mucho,
pues para mí fue ayer.
Noviembre te ha traído,
y hoy vives en mis manos
con tu recuerdo indemne…
Y no es cuestión de tiempo.
sino la intensidad de lo vivido.
Hay quien nos deja huella para siempre,
una huella profunda,
de tierra y osamenta,
de piedra bien labrada.
Y hay quien no deja nada
a pesar de los años,
una huella indeleble
de agua y de hojas secas.
Hay quien nunca se marcha,
habita en la memoria
y ocupa los silencios.
Y hay quien jamás estuvo,
ni siquiera en el tiempo de la lluvia.
Amar, haber amado…
Ese es todo el misterio.
Y no se mide en tiempos…
definitivamente
es cosa de saber
quién teje los recuerdos de una vida.
Hay quien siempre estará
y quien no estará nunca.
Así que no me digas
que de eso ya hace mucho,
pues para mí fue ayer.
Noviembre te ha traído,
y hoy vives en mis manos
con tu recuerdo indemne…
Y no es cuestión de tiempo.