Ya no sé, qué nos queda o qué nos sobra.
Lo único que sé con certeza es que *si yo pudiera* me me metería entre tu piel y tus huesos hasta que acabara el invierno.
Podríamos vivir en un cuarto pequeño.
Besarnos el alma cada mañana entre las sábanas y buscarnos los miedos entre las miradas.
Podría vivir fielmente sólo de ti.
Corriendo el riesgo de ser demasiado egoísta encerrándote entre mis piernas y convenciendote de no salir nunca
Ver llegar el otoño, ver como las hojas caen y ser testigo de tus ganas al querer salir a pisarlas y yo contigo.
Entonces seríamos dos seres que sin sentido caminan por la ciudad de la mano, pisando hojas secas.
Seríamos dos seres creyéndonos inmortales en pleno inviernos y que la vida no se acaba nunca, que sólo va empezando aquí, ahora.
Tu y yo corriendo por toda la locura y nos esconderíamos de la realidad entre algún sueño aún más loco.
Sí tomas mi manó yo no te dejo sólo y nos vemos a los ojos siempre.
Yo por tu sonrisa y tú por lo que quieras.
Verás, he pasado mil sueños trazando un ambicioso plan:
Vivirnos.
Comentarios
Publicar un comentario