Si me llamas a las 4 am, demasiado triste como para siquiera decir hola, voy a escuchar tu silencio hasta que te duermas.
Si necesitas llorar, llora, porque somos solamente humanos, y a veces las lágrimas son lo más cercano a la risa que podemos llegar a conseguir y eso está bien.
Si te da sueño te dejaré babear sobre mi brazo, y no me voy a reír de ti si roncas demasiado fuerte.
Y si necesitas gritar muy fuerte hasta que se te quiebre la voz y las rodillas fallen, voy a abrazarte y a gritar contigo.
Si te sientes enojado y golpeas, hasta que tus manos sangren y se pongan de color rojo, voy a aplicar hielo en tus nudillos y decirte que las heridas cicatrizarán tanto dentro como fuera, y al igual que el frío, tú eres fuerte y ardiente, y yo siempre seré el calor para aliviarte y hacerte sentir mejor.
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